viernes, 8 de septiembre de 2017

La madera es un material excelente desde el punto de vista funcional, medioambiental y estético. Es renovable, en determinadas aplicaciones se puede reutilizar y reciclar, y en otras es biodegradable, empleándose en distintas formas para fabricar una extensa gama de productos o como fuente de energía.

La madera representa una parte importante del negocio en el comercio minorista. La madera y las fibras de madera entran en la composición de muchos de los productos que comercializa (por ejemplo muebles, materiales para bricolaje y construcción, papelería, libros, accesorios de cocina, papel higiénico, pañuelos desechables, etc.), en el envasado de productos (envases primarios, como cartones de bebidas, o bien envases secundarios y de transporte, como embalajes de cartón), materiales de comunicación (como folletos y catálogos) y otros impresos.



A pesar de las ventajas medioambientales antes indicadas, para determinar si un producto de madera es sostenible conviene considerar todas las fases de su ciclo de vida [origen (materia prima o reciclado); transformación; transporte; y fase posterior al consumo (reutilización, reciclado y prevención de residuos)]. También es importante conocer cuál es la vida útil de un producto, especialmente si se trata de productos de larga duración, como muebles o edificios. La reducción de los impactos, medioambientales o de otro tipo, durante esta fase deberá estar incluida en el diseño. 

La explotación forestal sostenible (es decir, el uso limitado de biocidas, el respeto de la biodiversidad, la capacidad de regeneración, etc.) es fundamental para la disponibilidad a largo plazo de la madera y productos de la madera a precios asequibles.

Los sistemas de certificación independientes pueden servir para acreditar la gestión sostenible de los bosques; cuando sus criterios de evaluación incluyen el cumplimiento de las normas y el seguimiento a lo largo de la cadena de suministro, pueden utilizarse como acreditación suficiente del origen legal de los productos de la madera. En Europa, los dos sistemas de certificación más utilizados (PEFC Y FSC) incluyen, como requisito básico, el cumplimiento de las disposiciones legales por parte de la explotación forestal. 

El reciclado de la madera y de sus fibras representa un complemento útil a la tala de madera virgen. Cada vez se utilizan más los materiales reciclados para la producción de papel y de derivados de la madera. La madera y fibras recicladas proceden de materiales de construcción, palets, papel y cartón desechados. No obstante, en el caso del papel existen límites a su capacidad de reciclado, ya que después de cada ciclo la fibra pierde algunas de sus características más importantes.


Al concluir su vida útil, la madera puede reciclarse para fabricar tableros aglomerados o para su valorización energética como biomasa, hay que confirmar que las resinas adhesivas para los tableros de madera aglomerada, no sea de urea-formaldehido ya que se trata de una sustancia tóxica. También los tratamientos de conservación ante los insectos, los hongos y la humedad pueden ser tóxicos. Actualmente, se comercializan tratamientos compuestos de resinas vegetales.

El uso de la biomasa forestal (pellets, astillas, hueso de aceituna) como combustible para calderas de biomasa que generan agua caliente, para su aplicación en calefacción, calentamiento de piscinas o agua caliente sanitaria (ACS), en lugar de los combustibles fósiles tradicionales (gasoil, gas natural, gas propano) y la electricidad, está cada vez más extendido en el sector hotelero de nuestro país gracias, al bajo coste de los diferentes tipos de biomasa, sus emisiones de carbono neutro, se trata de un producto local, cuenta además de ayudas a fondo perdido o financiación de bajo interés, y que se consiguen ahorros medios del 50% sobre la energía original utilizada. 



Según la estrategia de la UE, «Europa 2020» es un "Mejor diseño ecológico, la prevención y la reutilización de residuos pueden suponer un ahorro neto para las empresas de hasta 600 mil millones € de la UE"

Reciclar una tonelada de papel de periódico ahorra aproximadamente una tonelada de madera, mientras que reciclando una tonelada de papel impreso o de copias se ahorra algo más de dos toneladas de madera.




Fuente: RFS / ALTAVE

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